La Fundación Renovables ha tenido acceso al Documento interno de Discusión de la Comisión Europea sobre la Unión Energética en el que se pierde la oportunidad de convertir la Unión Energética en una política energética común y sostenible, cuyo objetivo primero y transversal debería ser construir a un sistema energético europeo 100% renovable, eficiente e inteligente.
La Fundación Renovables ha pedido reiteradamente que la comunitarización que ya existe en las políticas de Cambio Climático se extienda y supere en las energéticas hasta alcanzar la categoría de Política Energética Común como corolario necesario de la Unión Energética. Aunque el texto recoge propósitos ilusionantes, las propuestas para su puesta en marcha resultan decepcionantes. El documento de discusión de la Comisión Europea pretende alcanzar una Unión Energética “resiliente”, o sea sostenible, con propuestas “integradoras” a nivel Comunitario para responder a las dispares políticas energéticas de los Estados Miembros (EMs) y a la fragmentación del mercado eléctrico. En todas ellas necesariamente se queda corto por evitar recurrir a una necesaria e ineludible Política Energética Común y Sostenible con recursos y fiscalidad comunitarios. De forma desalentadora, tampoco hace hincapié en la necesaria mejora de la ambición de los objetivos de Cambio Climático, renovables y eficiencia energética a los que puede aspirar la UE gracias a esta iniciativa.
Aunque el borrador contempla un llamamiento a los EMs para que miren “con nuevos ojos la fiscalidad de la energía tanto a nivel nacional como europeo”, no concreta cómo seguir con su propuesta de un sistema fiscal común en materia de energía (aunque la Comisión ya hizo propuestas al respecto al debatir las Perspectivas Financieras 2014-2010).
Evita, además, entrar en la necesaria obligación de medios (no todo vale para alcanzar los resultados acordados) que supone superar el principio de neutralidad tecnológica por el básico de la sostenibilidad y que evitaría el recurso, que confirma el texto, a la tecnología nuclear. Un sistema energético descarbonizado y sostenible está basado forzosamente en la racionalización de la demanda, su reducción drástica y la optimización de la oferta forzosamente de fuentes renovables.
Un punto interesante es que se programaría un análisis de los costes y precios de la energía (incluidos subsidios e impuestos) lo que podría abrir finalmente la puerta a una de las peticiones históricas de la Fundación Renovables: una auditoría del sistema y de las empresas energéticas frente a los llamados “costes reconocidos” que son los que generan el déficit de tarifa. El objetivo de este tiene que ser, además, conocer y eliminar todos los subsidios a las fuentes de energía sucias tal y como ha pedido reiteradamente la propia Comisión y que según la Agencia Internacional de la Energía suponen más de cuatro veces los que reciben las renovables a nivel global.
Tampoco se aborda en profundidad el tema del empleo verde, otro elemento capital para establecer políticas comunes energéticas. Sí cabe destacar que se menciona la pobreza energética como inadmisible y la necesidad de empoderar a los consumidores ante la energía gracias a la promoción del autoconsumo o con medidas de información, reduciendo los oligopolios del sector así como mediante la gestión de la demanda energética.
“Necesitamos nuevas y reforzadas políticas comunitarias en Energía y Cambio Climático y nuevas formas para ejecutarlas que se conformen en base a una verdadera Política Energética Común y Sostenible, con recursos comunitarios propios, incluyendo impuestos comunitarios como instrumentos ineludibles para alcanzar y superar la Unión Energética Europea que prioriza el Presidente Juncker. Deberá demostrarlo en la propuesta que finalmente apruebe la Comisión, lo deseamos y esperamos”, ha declarado Domingo Jiménez Beltrán, Presidente de la Fundación Renovables.
En resumen estas son las consideraciones de la Fundación Renovables sobre los diferentes puntos del borrador:
1.- El borrador de la Unión Europea parece más una recopilación de todo lo que la Unión Europea ha generado en materia de energía en los últimos años que un intento de crear una verdadera Unión Energética “resiliente” necesariamente instrumentada por una Política Energética Común Sostenible.
2.- Plantea que la UE sea número uno en renovables pero lo único que se propone es cumplir con el paquete de Energía y Clima de 2030. Objetivo muy escaso no sólo en renovables sino también en eficiencia y emisiones de GEI por lo que la Fundación Renovables ha pedido en numerosas ocasiones una revisión ambiciosa de la Hoja de Ruta 2050 para una Economía Baja en Carbono, que permita ajustarse a un objetivo más ambicioso de descarbonización y, en consecuencia, de los objetivos para 2030: pasando la cuota de renovables del 27 al 45%, la reducción de energía final del 30 al 40% mínimo y la reducción de EGEI del 40 al 55%.
3.- No se ha atrevido con una fiscalidad energética armonizada y sostenible e impuestos energéticos comunitarios para generar recursos presupuestarios comunitarios suficientes y con políticas orientadas al empleo.
4.- No se propone tampoco reforzar las medidas en curso para asegurar el cumplimiento por parte de los EMs del paquete 20-20-20 para 2020 y, muy en particular, de los objetivos.
5.- Es de apreciar que la Unión Energética introduzca en su planificación el desarrollo de un marco para el principio de “autoconsumo” y de “balance neto”, hoy frenado en muchos Estados miembros, incluido España;
6.- Cabe insistir en la necesidad de esclarecer de dónde vienen los precios de la electricidad y por tanto de una auditoría de los costes de las empresas energéticas.
7.- Se incorpora una denuncia de la pobreza energética. Además de lo propuesto por el borrador, la Fundación Renovables plantea añadir la oferta de micro auditorías energéticas a los hogares en situación de pobreza energética y obligar a las compañías energéticas a informar de la existencia de sistemas como el bono social.
8.- Desafortunadamente, el borrador de Unión Energética sigue insistiendo en incluir como deseables fuentes de combustibles fósiles no convencionales y la incineración, junto con las renovables, a efectos de disminuir la dependencia energética del exterior. La Fundación Renovables al contrario pide que la Unión Energética promueva una respuesta comunitaria que excluya la exploración y producción de gas y petróleo no convencionales.
9.- La Fundación Renovables además reitera que se diseñe el plan estratégico de interconexiones eléctricas incluido en la Unión Energética para permitir la progresiva implantación de un sistema eléctrico 100% renovable y que se descarte la construcción de líneas que den servicio a centrales térmicas de carbón o nucleares, nuevas o existentes.
10.- En cuanto a la diversificación del suministro, la Comisión Europea falla al no mencionar el fomento de más renovables para la generación de electricidad en firme y apostando por el gas para ello.
11.- Es positivo que la Comisión invite a los EMs a priorizar la eficiencia energética y a que se establezcan sinergias entre las diferentes políticas de eficiencia energética, las de eficiencia en el uso de recursos y las de economía circular. Sin embrago, no se plantea una mejora de los objetivos del Paquete de Energía y Clima 2030, gravemente insuficientes.
12.- Con relación al transporte, a pesar de incorporar la electrificación de este sector y la mejora continua de los estándares de eficiencia energética de los vehículos como objetivos importantes, falla en proponer medidas para la reducción de la demanda.
13.- Es positivo que en el sector de la edificación se priorice la rehabilitación eficiente de los edificios y la facilitación del acceso a financiación para ello. Esto tendría un efecto enorme en el empleo del sector de la construcción que debe transformarse en el sector de la reconstrucción.